¿Cómo afrontar la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple es una enfermedad con la que el diagnosticado o diagnosticada tendrá que vivir diariamente y durante el resto de su vida. Es posible que si sufre de poca o ninguna discapacidad física, su estilo de vida y el de su familia no experimenten ningún cambio. Sin embargo, el conocimiento de la enfermedad y de sus implicaciones potenciales, puede resultar una gran carga sobre la persona aquejada de esta y sobre la familia que le rodea. En realidad, todo depende de los síntomas que esté experimentando y de como se sienta. Los síntomas pueden estar presentes continuamente o manifestarse en determinados momentos. La severidad de los síntomas a menudo dicta hasta que punto la EM afectará su vida.

 

Muchas personas con EM expresan tener que planear con mayor antelación que en el pasado, así como cambiar algunas de sus actividades y programación. Por ejemplo, si la fatiga resulta un problema, el tomarse varios periodos cortos de descanso cada día, podrá permitirle continuar con su rutina habitual, aunque algo mas lentamente.

 

Ejercicio y fisioterapia.

 

La fisioterapia y el ejercicio periódicos pueden ayudarle a mantenerse lo más en forma posible. Puede que se requiera fisioterapia con regularidad o la práctica de ejercicios específicos en casa. Algunas personas han descubierto que la natación, el yoga o montar a caballo les sirven de ayuda. Todos aquellos ejercicios de los que usted disfrute y pueda realizar con comodidad serán beneficiosos. El ejercicio, además de mantener los músculos firmes, puede ser un método ideal para liberar la tensión y relajarse.

 

Hacer ejercicio es un componente importante en el control de la enfermedad, pero tiene que estar planificado con precaución. Los síntomas de la EM pueden empeorar temporalmente durante la actividad física, por lo que los programas de ejercicios tienen que estar diseñados con el fin de estimular el movimiento de los músculos pero, al mismo tiempo, se tiene que evitar sobrecargarlos o sobrecalentarlos, ya que eso podría dificultar la transmisión nerviosa. Los ejercicios de estiramiento y de movimiento gradual son básicos para muchos pacientes con EM ya que pueden aliviar ligeramente la espasticidad muscular. Los ejercicios de natación son especialmente útiles; el agua sostiene el cuerpo y, si está fría, disipa el calor. Gradualmente, los pacientes pueden empezar a realizar programas de ejercicios más complejos. Es importante consultar a un profesional de la salud para que determine cuál es la actividad física más apropiada.

 

Dieta

 

Durante el transcurso de los años, se han propuesto una serie de dietas para la EM, lo cual es natural cuando se trata de una enfermedad cuya causa y cura se desconocen. Aunque algunas de las dietas sugeridas se contradicen entre sí, tiene sentido mantener una dieta nutritivamente equilibrada que le provea de todas las vitaminas y minerales necesarios. Algunas personas encuentran que una dieta baja en grasas animales y rica en grasas poliinsaturadas les ayuda. Puede ser a su vez recomendable seguir una dieta rica en fibra, especialmente de cereales integrales, fruta fresca y verduras. No se ha podido demostrar que las dietas especiales, como las que están libres de gluten o de levadura, tengan un efecto directo en los síntomas o en el desarrollo de la EM. De manera parecida, hasta el momento, tampoco se ha probado que las dietas bajas en calorías que se han recomendado, tengan demasiado efecto en la EM pero, en cualquier caso, generalmente son dietas sanas.

 

Técnicas para reducir el estrés.

 

El estrés puede hacer que los síntomas se acentúen, e incluso puede estar relacionado con el empeoramiento de la enfermedad. Es importante reducirlo para mantener un buen estado de salud general. Los ejercicios de relajación o meditación pueden ser beneficiosos.

 

Ayuda externa

 

Muchos pacientes afectados por la esclerosis múltiple necesitan ayuda física y psicológica de familiares, amigos y/o profesionales de la salud. Los servicios de apoyo o la ayuda emocional de los miembros de la familia, son componentes esenciales en el tratamiento de esta enfermedad. Existen muchas asociaciones que facilitan ayuda y apoyo. En un interesante estudio, se utilizó a pacientes de EM para que proporcionaran apoyo a otros afectados de EM como parte de un programa de intervención telefónica. Los resultados indicaron que los pacientes que ofrecían la ayuda mejoraron notablemente su confianza, el conocimiento de ellos mismos, su amor propio, y la depresión. De hecho, la mejora de estos pacientes fue mucho más pronunciada que la de los que recibieron su ayuda. Otro estudio mostró que tener un perro y su cuidado, también mejora el bienestar. Ambos estudios sugieren que el sentido de control y el hecho de relacionarse es extremadamente importante para pacientes con EM.

 

Planificación Laboral

 

Dado que con el tiempo la EM puede provocar ciertas discapacidades físicas y cognitivas, merece la pena evaluar su trabajo actual en vista de estos posibles cambios. Si su trabajo requiere gran esfuerzo físico, es posible que desee considerar otros trabajos alternativos o adaptar el que tiene para reducir la naturaleza física del mismo. En trabajos de tipo más sedentario, su condición no ejercerá un impacto tan evidente y posiblemente pueda continuar desarrollándolos durante muchos años.

 

Cambios familiares

 

Uno de los problemas mas difíciles a los que los matrimonios tendrán que enfrentarse cuando se diagnostique EM es el posible cambio de sus funciones. Las posibilidades futuras deberán contemplarse en pareja. Es posible que una familia con dos fuentes de ingresos deba adaptarse a vivir con una. Asimismo, es posible que un miembro de la pareja tenga que adoptar un mayor número de responsabilidades en el mantenimiento del hogar y el cuidado de los hijos. Cada caso es único, sea como sea, la clave para resolver con éxito estos importantes cambios es conversar amplia y abiertamente.